Para Julio Beobide la vida de una escultura residía en su cabeza y sin embargo, el escultor ha sido más conocido por sus figuras de cuerpo entero, especialmente por sus imágenes religiosas.
A medio camino, este busto de Ignacio Zuloaga que se alarga con sus atributos de pintor, fue realizado en bronce en 1947 y situado a la puerta del Museo de Bellas Artes.